Esta celebración, cuya duración es de tres días, pone fin a 30 días en los que más de mil millones de seguidores de Alá, dios del Islam, en todo el mundo, han permanecido en ayuno desde las primeras luces de la mañana, hasta el atardecer, renunciando a todo consumo de alimentos, bebidas o tabaco, así como a mantener relaciones sexuales o pronunciar malas palabras.
En las 800 mezquitas o centros de oración existentes en España, esta festividad se vive como una gran celebración, tras la oración, pequeños y grandes comparten dulces y regalos y salen a la calle a lucir ropa nueva, con la "eidiya" en sus bolsillos, que es una cantidad de dinero que sus padres les regalan para la compra de dulces, gaseosas o petardos, mujeres y hombres también aprovechan para estrenar las ropas compradas para esta ocasión.
Egipto, Arabia Saudí, Kuwait, Catar, el Líbano, Jordania, Sudán y el Yemen, además de países del Magreb como Libia, Argelia y Túnez, afirman que la festividad concluye con el rezo del atardecer.